La tala de árboles para papel o para madera es un gran problema en todo el mundo.
Se necesitan extensos campos de robles para obtener madera de alta calidad, pero su producción puede tomar hasta varios años.
Es por eso que mientras el cannabis y el cáñamo empiezan a ser legalizados en lugares como Norteamérica y algunos países de Latinoamérica, las empresas han empezado a producir diferentes tipos de productos para la construcción.
Entre ellos: la madera de cáñamo.
Ya hace varias décadas que el cáñamo se utiliza para la construcción en diferentes parte del mundo, sobretodo en Europa. Ha sido sobretodo atractivo como material ecológico.
Entre sus beneficios destacan su resistencia, durabilidad, capacidad de insolación de la temperatura y facilidad para la manipulación. Las fibras son mezcladas en fórmulas con cal y agua que sirve para repellos o la fabricación de morteros.
La madera de cáñamo es una de las novedades. Algunas empresas proyectan que en el futuro tendrá un gran valor dentro de la industria.
“Estamos usando algo que tarda seis meses en crecer para replicar, y hasta mejorar, una madera que toma 200 años”, aseguran representantes de la empresa.
En Estados Unidos, Oregón, Kentuchy, Tenesse y Montana lideran los esfuerzos. Sin embargo, desde diciembre del 2018, es legal sembrar en todo el país. Según New Frontiers Data hubo un incremento de 328% en la emisión de licencias en todo el país que registran alrededor de 480,334 acres en tierra sembrada.
Debido a las nuevas políticas ambientales que se implantan en el mundo, el cáñamo podría convertirse prontamente en un remplazo o una opción para reducir las emisiones de gas invernadero que genera la industria de la madera tradicional.