- Visitamos la granja de los ganadores del Emerald Cup 2018 en la categoría “uso personal”
Durante la Emerald Cup de 2018, en Sonoma County, el colectivo Gold Country Cannabis se llevó a casa el primer y segundo lugar de uno de los premios más importantes de la escena de cannabis en California.
Se podría decir que los ganadores de estos premios gozan del respeto de millones de personas pero también, tienen a su haber las mejores flores del Estado.
Ir a los aka “academy awards” de la meca del cannabis en América no se da por coincidencia. No se da porque te interese poco el tema, o porque tengas el dinero para pagarlo, se da porque entendemos sobre el verdadero valor de lo que se considera el nuevo oro verde de una planta medicinal por excelencia.
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Por muchos años me he preguntado: ¿Qué hace al mejor cannabis del mundo? Esta es la pregunta que me llevó por primera vez al norte. Hace dos años que la duda me persigue como pena existencial.
Pasaron muchas cosas antes de llegar aquí. Naturalmente, mi entendimiento fue acercándose a un saber ancestral que me rebusca alejándome del moralismo. La pesadez de ser un moderno individuo centroamericano crecido y criado en las calles donde dominaba la jamaiquina, hijo de la prohibición.
Para mi suerte, el mundo cambió, y dos años después con algunos encontronazos aduaneros por mi labor periodística, kilómetros de kilómetros con pasaporte sellados, me encontraba ahora; tiempo y espacio, en la primera Emerald Cup de la era legal.
Pocos entenderán de lo que hablo. Pero pocas veces vivo con optimismo el futuro, y esta fue una de esas veces.
Dos días después de la premiación, recibí un mensaje. “Mae soy Balm, fuimos los ganadores de la Emerald con la Chile Verde. ¿Están aquí?”.
Asombroso, un costarricense formaba parte del colectivo de cultivadores que crió, creció, cosechó, secó y curó el mejor cannabis de California. ¡Una locura! #orgullotico
A Balm lo conocí por amigos mutuos de la escena costarricense en una de las secretas copas, donde de hecho, se fue a casa con uno de los premios.
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La semana siguiente, ahí estábamos. En las tierras que alguna vez fueron explotadas por la fiebre del oro, el viejo oeste, entre la riqueza y la grandeza de California, tierras que anteriormente pertenecieron a la Nueva España cuya relación con el mundo anglosajón se mantiene entrañable, hoy son la cuna mundial del cannabis.
Y de ahí, por supuesto, proviene su nombre: Gold Country Cannabis.
La tierra del “crafted cannabis”
Al llegar, lo primero que presenciamos fueron hileras de plantas abandonadas, en una de las propiedades de un viejo estadounidense retirado de guerra que acaba de rendirse ante la legalización.
“Es mucho trabajo para hacerlo solo como él quería. Se rindió”, me dice Balm que en temporada de trabajo acostumbra a levantarse en la madrugada para trabajar en el jardín de Gold Country Cannabis.
Así como cualquier otro oficio que se pasa de generación a generación.
Balm es aprendiz de aka JD, cultivador local. Antes de él, un Jason King, un OG (original grower) californiano cultivaba las tierras y creador de la CannaBible.
Este año, el colectivo sembró varias genéticas especiales. Entre ellas, Chile Verde, Orange Crush, Cherry Pie, Choco Frost y otras, que pudimos degustar durante nuestra visita.
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En el mundo moderno, el mejor cannabis no es el que tiene los niveles de THC más explotados de la historia capaz de dejarte tumbado a la primer jalada. Eso aún sucede en países donde ha faltado educación. Entiéndase: donde es ilegal.
En estos niveles, la concentración y calidad pasa por otros matices.
Pero primero, arranca entendiendo que el espíritu medicinal de la planta es lo más importante. El principio del “cannabis artesanal” es la calidad y la producción de terpenos que son los verdaderos componentes medicinales de la planta.
“Para nosotros es prioridad la calidad y el tratamiento que se le da a la planta. Creo que es por eso que no hemos bajado del top 10 desde el 2016 en Emerald cup ni en la Humboldt Cup”
Luego de tres años estaba de frente a la crème de la crème , el futuro y la raíz y la energía que desde siglos ha evolucionado con la humanidad.
Dicho de otro modo, “el crafted cannabis” es lo que hace la diferencia entre la industrialización de la era legal y ahí mismo, de las diferencias del “sun grown” y el “mix light”.
Pero no fue hasta que visualicé luego de unos bocanadas de humo, la máxima potencia medicinal.
Un pesado y completo perfil de terpenos sobresale por todo el espectro denso del humo que al abrir las llaves del sistema central limpia las vías respiratorias para darle paso a un estado mental diáfano y pleno como el estado de post-meditación.
Este material dará extractos que curarán el cáncer, atenderán la epilepsia, brindará calidad de vida y aliviará cientos de dolores crónicos.
“Conectamos profundamente con su valor medicinal y en ese sentido tenemos que hacerlo bien, con amor, protegiendo a la naturaleza, el sol y dando gracias por tener el espacio y la naturaleza para poder hacerlo. Esta es nuestra filosofía”, comenta Balm dándonos un tour alrededor del jardín.
Estas tierras seguirán liderando e influyendo a la cultura mundial de cannabis, a pesar de que la legalización ha forzado a miles a retirarse. El “crafted” es la nueva cara, la especialización y la seña de que la prohibición perdió la guerra y la nueva era en las ciudades y los pueblos ha comenzado.
Crafted Cannabis: se refiere a aquellos cannabicultores que combinan el arte y la ciencia del cultivo para producir el cannabis más fino con mejor aroma, sabor y efectos excepcionales. Su filosofía y meticulosidad expresan al máximo el potencial de las genéticas.
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en Costa Rica. 
