Mientras que unos pocos celebran muchos otros sufren

Para la alegría de unos pocos y la tristeza de muchos, ayer se allanó la casa de Don Alberto Góngora, director de la Fundación Vida Feliz y así se dejó sin medicamento a varias personas que lo necesitaban.

Muchos que conocen algo del tema podrían decir que era una persona más haciendo aceite de cannabis y que estos pacientes podrán encontrar aceite en algún otro lado o mandarlo a pedir de Estados Unidos. ahí es donde se equivocan.

Igual que en otros lugares, se producía aceite de las hojas y las flores pero el aceite principal era el aceite de semilla de cannabis sativa. Un aceite casi transparente, casi inoloro y con cero efectos psicoactivos pero con fuertes efectos anti-espasmos y de neuro-regeneracion además de un efecto de analgesia y desinflamación al ser usado de forma tópica.

El único lugar en donde se conseguía este tipo de aceite era donde Don Alberto. Esto por la gran cantidad de semillas necesarias para hacer este aceite. De hecho la policia encuentra 1635 gramos de semillas, lo cual es mas de 60 mil semillas, un numero raro para un supuesto narco-traficante no? Las semillas al ser fumadas tampoco producen ningun efecto sicoactivo y no tienen valor alguno en el mercado negro.

Al hablar de investigación y avances en cannabis medicinal muchos ven hacia países como Israel, España o Canadá pero no conocíamos de otro país que estuviera tratando a los enfermos directamente con el aceite de semilla ni tampoco con tan buenos resultados.

Costa Rica no tenía nada que envidiarle a Estados Unidos o Canadá con este medicamento pero ahora hemos echado reversa y vuelto a ser un país que solo le sigue los pasos a otros.