La Ayahuasca es una infusión psicoactiva preparada de la vid amazónica Banisteriopsis caapi y las hojas del arbusto conocido como Psychotria viridis. El compuesto que estas plantas contienen respectivamente son alcaloides hamala (una familia de plantas) y dimetiltriptamina (DMT).
Tradicionalmente esta bebida se utiliza en contextos rituales de las amazonas y la variedad de mestizos comprendidos a lo largo del territorio americano. Su propósito es visionario, espiritual y en ocasiones sirve como remedio en prácticas sanadoras. A finales del siglo XX e inicios del siglo XXI, este compuesto fue un fenómeno turístico en las amazonas y hoy en día la práctica se extiende a lo largo de América y en algunos lugares es una medicina legal.
Esta expansión de la ayahuasca por diversos países se ha sido acompañada por estudios científicos en un interés creciente por su potencial terapéutico para algunas enfermedades mentales.
A partir de evidencia encontrada en la Iglesia Santo Daime del amazonas brasileño, sobre el uso de esta sustancia para el tratamiento de adicciones, en especial del alcohol, la Asociación multidisciplinaria para estudios Psicodélicos (MAPS, por siglas en inglés) de Canadá y la Universidad de British Columbia financiaron un estudio más a profundidad sobre el DMT.
El objetivo del estudio era relacionar la habilidad de los pacientes a desarrollar decisiones de larga duración afectiva, psicológica, física y emocional de manera consciente o inconsciente. Así se posiciona una nueva forma de terapia que podría mejorar la habilidad de los participantes a tomar decisiones saludables y resistir a sus urgencias. De esta forma se determinaron las mejorar atribuidas al problema de adicción.
Se reclutaron a 12 participantes que cumplieran con la condición de adición a sustancias como la cocaína, el crack, alcohol y tabaco, mayores de edad y haber consumido ayahuasca anteriormente. Posteriormente, fueron llevados a una sesión de orientación sobre el estudio, riesgos y beneficios, así como el direccionamiento al que iban a ser expuestos los voluntarios. Asimismo, fueron retribuidos con $20 dólares por cada sesión en un certificado de compras para un supermercado.
Las investigaciones concluyeron que en la reunión “Trabajando con adicción y estrés” los dos retiros los pacientes lograron grandes mejoras en sus comportamientos cognitivos y en el comportamiento (cambios en la concientización –mindfulness-, empoderamiento personal y esperanza en la vida) que a su vez iba incluido en la disminución del abuso problemáticos de sustancias.
“Antes de la ceremonia estuve lidiando con mi adicción a la pasta base por muchos años. Cuando hice este retiro, me ayudó más o menos a dejar ir el dolor y el sufrimiento que estaba cargando y que además trataba de sanar con alcohol y drogas. Desde que fui al retiro he estado sobria y mi familia está otra vez conmigo”, dijo una voluntaria de 41 años en el estudio.
Los resultados también concluyen que esta forma asistida de ayahuasca grupal se puede asociar para la reducción en el uso de sustancias particularmente en el uso problemático de la cocaína.
La importancia de estos resultados reside en que al finalizar este estudio la ayahuasca logró reducir el uso de cocaína, alcohol y tabaco, mientras que el cannabis medicinal, sedante y opioides no hicieron. Esto último, exceptuando al cannabis, es lo que comúnmente recetan los médicos en las clínicas de adición.
Más estudios de este tipo están siendo financiados, desde la medicina alternativa con sustancias como la psilocibina (sustancia psicoactiva encontrada en hongos) para tratar las enfermedades de pacientes terminales de cáncer para mejorar su vitalidad y sanar dolores internos emocionales. Esta se lleva a cabo en la Universidad de Nueva York.
en Costa Rica. 
