La primera Constitución de la Ciudad de México fue publicada oficialmente el fin de semana en el sitio oficial del ministerio de gobernación.
La Carta Magna aprobada parece tener importante relevancia para llevar a cabo una serie de reformas y demandas sociales que se vienen gestando desde enero del 2016. En un documento con más de 70 artículos, los gobernantes de la capital mexicana han manifestado que esta puede ser la constitución “más joven, progresista e innovadora” de América Latina.
El documento contempla algunas de las exigencias sociales que se han dado a lo largo de años. Por ejemplo, el reconocimiento de los derechos de la población LGTBI y el uso del cannabis medicinal en sus diferentes formas.
Desde que la Suprema Corte falló en favor del caso S.M.A.R.T, el grupo de abogados, que implementaron un amparo constitucional para la autodeterminación del individuo y bajo ese principio el cultivo y el consumo de cannabis, sin importar los fines.
Y más reciente, la aprobación por parte de los senadores de una iniciativa para respetar el derecho al uso de cannabis medicinal en una batalla agrupada que generó la empatía en diferentes bancadas. Además, el sonado caso de la niña Grace y el apoyo de miles de familias que se acercaron a defender el derecho a la salud de sus hijos. Muchos de ellos con convulsiones o enfermedades epilépticas complicadas.
Si bien no se contababa con el apoyo total de la ciudadanía, marca el primer paso permitiendo a los mexicanos importar productos hechos a base de cannabinoides.
Constitución regirá a partir del 17 de setiembre del 2018
El documento de la primera constitución de la Ciudad de México (que puede consultar aquí), manda a respetar la diversidad cultural que existe en una ciudad con casi 7 siglos de historia. El texto es claro con las responsabilidades del estado a brindar un tratamiento humanitario y respetar tanto la autonomía tanto de los pueblos indígenas como sus prácticas médicas y ancestrales.
Esto enmarcado bajo el derecho a la salud:
“H. Los pueblos y barrios originarios y comunidades indígenas residentes tienen derecho a sus prácticas de salud, sanación y medicina tradicional, incluida la conservación de sus plantas medicinales, animales y minerales de interés vital. Se reconoce a sus médicos tradicionales.”
Asimismo, estipula un artículo determinado a la autodeterminación que, en palabras simples, válida la libertad personal al libre desarrollo sin que el Estado interfiera en la búsqueda en su manera de ser. De esta forma, en la teoría, se estaría aplicando el fallo de la Corte Suprema de Justicia en el 2015.
“A. Toda persona tiene derecho a la autodeterminación y al libre desarrollo de una personalidad”.
Por último, el reconocimiento explícito de las propiedades del cannabis, una vez que la Ley General de la Salud haga las modificaciones correspondientes.
“A toda persona se le permitirá el uso médico y terapéutico de la cannabis sativa, índica, americana o marihuana y sus derivados, de conformidad con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la legislación aplicable.”
El activismo de la Ciudad de México no se convence de que sea más que un acto de demagogia. La entrada en vigencia de este artículo queda de la mano de uno transitorio que contempla el votado de los senadores.
«Solo hasta que el dictamen sea aprobado por la cámara de diputados federal será cuando haya mariguana medicinal en la ciudad, antes no. Lo que me parece tiene cierto toque de burla, puesto que si hay ley federal la ciudad de todos modos debe acatarla, independientemente si está o no en la constitución.» afirmó Carlos Zamudio, analista y editor de el Periódico La Dosis:
De ser aprobado por los senadores federales podrá ser incluido en setiembre del 2018. Pero por el momento, solo unos pocos podrán acceder a la medicina con la figura de importación cuyos costos son elevadísimos.
en Costa Rica. 
