Informes señalan que la industria del cannabis consume energía como ninguna otra industria en los Estados Unidos.
A partir de la regulación en Oregón y Colorado, diferentes organismos han estudiado el impacto de los cultivos controlados para sembrar cannabis masivamente bajo luz artificial. Con frecuencia este tipo de cultivos necesitan de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, ventiladores y equipos de iluminación interior las 24 horas del día y varios emplazamientos de cultivo.
Los casas de cultivo de cannabis son altos si se compara con otro tipo de negocios o casas residenciales.
Electricidad representa alrededor de un 20% del costo de producción de la industria
Varios reportes han señalado estos incrementos. En 2014, la NPCC (Agencia Estatal del Reino Unido) señaló en un informe que para producir un kilogramo de cannabis se necesitaban entre 4,000 a 6,000 horas de kilovatios (kWh).
Otro reporte del 2015, señaló que al menos un 2% del consumo eléctrico del Condado de Boulder fue acaparado por la industria del cannabis. Más reciente, en 2017,
New Frontier Data publicó un informe que concluye que la industria de cannabis en sus diferentes formas podría estar representando entre el 4-5% de la producción eléctrica de los Estados Unidos.
Las mediciones muestran que tanta cantidad de electricidad puede compararse con lo que producirían tres millones de automóviles promedio en un año y su huella ecológicas de 15 millones de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2).
En MCN nos dimos la tarea de encontrar formas para revertir este efecto. A continuación, algunas soluciones para esta crisis: