El pasado 14 de septiembre la compañía estadounidense Monsanto aceptó el acuerdo de $66,000 millones para fusionarse con la empresa alemana de medicamentos Bayer.
A la espera de revisión del acuerdo, Bayer-Monsanto se consolidaría como una de las firmas dominantes de semillas y medicamentos en el mundo. La industria de cannabis se pregunta las repercusiones que tendría esto sobre los cultivos y sobre la industria.
Tal como ha acontecido con la siembra de maíz o tabaco, la unificación formula mecanismos de implantación de semilla a larga escala y una manera para homogeneizar la forma y productividad de los cultivos.
El posicionamiento del “Cannabis Corporativo” podría ir en distintos sentidos:
Ambos multinacionales cuentan con un sistema de distribución mundial enfocado en grandes márgenes de ganancia. Sin embargo, la prohibición federal en los Estados Unidos limita la posibilidad de fortalecimiento de estos canales.
Esto quiere decir que los productos que serían producidos masivamente, no podrían operar de la forma en que los procesos de ambas empresas funcionan hasta que se levante la prohibición federal, fecha aún sin claridad.
Ante este escenario, la incertidumbre del futuro ha causado que grandes firmas farmacéuticas se unan a la campaña anti-legalización. Insys Therapeutics se unió a la cruzada aportando $500 millones a los detractores de la campaña en Arizona, por mencionar un ejemplo.
- Alianza Gw Pharmaceuticals y Bayer:
Esta alianza británico-Germana se efectuó en 2003 mediante a la comercialización del Sativex, un medicamento producido a partir de cannabinoides sintéticos. Bayer adquirió en exclusiva los derechos comerciales en el Reino Unido y otros sectores de Europa.
Monsanto afirma “no estar envuelto con la creación de modificaciones de la genética de cannabis”, pero a partir de la alianza y la existente comercialización del Sativex, esta ejercer como controladora de las genéticas en este tipo de medicamentos.
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Industria corporativa:
La industria de cannabis en Estados Unidos no tiene que esperar a que el tratado comercial suceda para evidenciar lo que el mundo no quería. Si para alguien no era sorpresa, hoy día, el cannabis se articula de manera corporativa.
La competencia en los mercados regulados, incluidas las diferentes pautas regulatorias impuestas en lugares como Colorado ha causado que las granjas a pequeña escala sean adquiridas por otros grupos de inversores cuyo objetivo es levantar las ganancias con menores costos.
Para esto recurren a nuevos métodos de cultivo y tecnología.
Si pensamos en el corto plazo, 5 a 10 años, la competencia interna llevará a las corporaciones de Cannabis a recibir genéticas cuya promesa es mayor producción por menor precio, según lo establezcan los comercializadores de las semillas.
El caso de Colorado planea repetirse en California, donde según la propuesta 64 (a votarse en noviembre), se regulará mediante a licencias de producción e impuestos que convierten el negocio en otro mercado de consumo como cualquier otro. Especialmente, de pasar de negocios independientes a pequeña a escala a una mezcla entre ambos que eventualmente irán fusionándose entre sí.
Por la manera en que funcionan los mercados, los comercios grandes irán adquiriendo a los pequeños, posicionándose una marca sobre otra. Esto se dará, según las preferencias de los consumidores, prevaleciendo una compañía sobre la otra. Inevitablemente.
en Costa Rica. 
