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Mario Cerdas: la historia no contada. Entrevista exclusiva desde prisión. 2da Parte

La versión del abogado sobre la acusación en su contra por sembrar cannabis.

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La versión del abogado Mario Cerdas sobre la acusación del Ministerio Público.

El abogado Mario Cerdas, cultivador de cannabis, es probablemente una de las personas clave para entender el estado actual del autocultivo y la situación legal de esta planta en Costa Rica.

Durante años, el abogado estudió los pormenores relacionados con la ley para demostrar ante los tribunales que con el cultivo sin fines de tráfico no se incurre en un delito, y más bien, puede ser aprovechado por los ciudadanos por sus cualidades terapéuticas, nutricionales o espirituales.

El Ministerio Público se opone a abandonar esta causa penal y por esta razón ya ha enfrentado dos juicios.

Pese a que ya había sido absuelto en 2016 por este motivo, las autoridades volvieron a atacarle públicamente. Actualmente, tiene más de un año en prisión. A la espera de su juicio, Cerdas se siente tranquilo ya que asegura que no hay pruebas que lo liguen con ningún delito.

MCN habló en exclusiva con el abogado desde la cárcel. Segunda Entrega.

Lee la primera entrega: https://bit.ly/37dhm6K

Escuche la entrevista en audio: https://spoti.fi/34YZUjP

¿Ayudaba usted a personas enfermas?

Yo en realidad no estaba ayudando a las personas, así como se ha tratado de dar a entender. El asunto mí era muy muy personal muy familiar. Entonces yo a las personas que me buscaban a mí, les recomendaba cultivar sus propias plantas.

Ellos me preguntaban sobre los problemas y yo les decía que no se lo podía garantizar. Pero la asesoría mía, el discurso mío a todas las personas que me buscaron porque lo necesitaban por alguna necesidad, por enfermedad y por lo que fuera que cada persona tomara la responsabilidad de cultivar sus propias plantas y autoabastecerse.

O sea, no era que usted tenía una especie de clínica médica ni mucho menos.

No, no, no. Eso hay que aclararlo muy bien. No era que yo estuviera promoviendo ni aceites ni ningún producto de la planta. La gente me buscaba más que todo para ver si lo podían hacer ellos y yo les explicaba más o menos las implicaciones que eso podía tener.

Advirtiéndoles obviamente que no se podía traficar. Si lo hicieran es para que ellos pudieran resolver su problema personal o familiares. Pero que en absoluto no se pudiera traficar o comercializar con la planta porque en este país es delito.

Cuando usted escucha la versión del OIJ donde ellos dicen que supuestamente le hicieron compras controladas, ¿cómo lo hace sentir esta versión?

Bueno, esa ha sido la táctica, la estrategia de ellos para influir en el inconsciente colectivo de presentarme a mí como “traficante necio” que ya es la tercera vez que se me abre un expediente por un asunto relacionado con la cannabis. Yo he estado muy tranquilo desde el allanamiento que yo sé que se dio una aclaración del mismo director del OIJ.

Sin embargo, este señor Walter Espinoza tiene un libro en el que él de manera reposada como lo permite un libro, sostiene una tesis de que en este país lo que es delito es cultivo con el fin de tráfico. Cuando no hay ese fin, no hay delito. Él mismo lo ha sostenido así en su obra literaria “Delito de Tráfico de Drogas y actividades conexas (2009)”. Sin embargo, me extrañó mucho.

Yo pienso que él fue malinformado por parte de algunos de los agentes judiciales de Alajuela para que diera las declaraciones. Porque la declaración que el me hizo a mí con el Ministerio Público, no corresponde a lo que dice la pieza acusatoria.

Entonces en ese sentido, se siente usted perseguido o cree que hay una vendetta personal a su persona o es ya dirigida completamente a las propiedades de esta planta.

Mirá, creo que hay un poco de las dos cosas. Aquí hay personas que han abrazado la desinformación para tomar partido en contra del aprovechamiento del cannabis sativa. Yo en cierta forma me he ganado la persecución por ser una persona que ha insistido en el autocultivo para resolver los problemas de autoabastecimiento de la planta a nivel personal y familiar.

Eso a ellos nunca les ha gustado de hecho en las misma motivaciones o argumentos que dan cuando se llevó el asunto a examen por parte de la sala tercera es casualmente que ellos consideran que si se permitía el antecedente mío entonces ellos iban a perder la acción penal en contra del cultivo de la planta de cannabis.

Pero no terminaba las ideas indicando que yo no estaba luchando por liberar el cultivo para tráfico, yo estaba luchando para liberar el cultivo para que las personas que necesitaban usarlo como medicina y alimento lo pudieran hacer sin cometer ningún delito.

Entonces ha habido un choque de postura que el Ministerio Público ha querido simplificar para llevar aguas a su molino y perseguir de forma indiscriminada cualquier cultivo de la planta sin importar que sea para atender enfermedades hasta bastante serias que sufren algunas personas.

En esto yo me he sentido bastante solo porque si usted se pone a observar en algunos países como argentina, allá se dieron hasta movimientos por parte de colectivos femeninos que quisieron insistir en el cultivo para hijos que tenían diferentes patologías, pero en Costa Rica ha faltado el acompañamiento de organizaciones para pelear más por el derecho que todos tenemos en la salud.

¿Usted alguna vez suministró o vendió a cambio de dinero?

En la pieza acusatoria del Ministerio Público, a mí no se me acusa por el tráfico de la planta, en ninguna parte. Ellos sencillamente me acusan de suministro y para eso se fundamentan en algunos indicios de personas que me visitaron a mí y que después de salir de mi casa fueron interceptadas y a las que se les decomisó en alguna oportunidad 4 gramos en algunos 18, cosas insignificantes que ni siquiera motivaron la detención de ninguna persona de las que fue requisada porque bien sabemos que las autoridades administrativas y policiales tienen también su protocolo.

Saben que si una persona lleva una cantidad puede ser para tráfico le van a abrir causa a cualquier persona que le encuentren la droga. No se da esa situación con las personas que me visitaron.

Estas son personas que de larga data son consumidores de la planta. Ahí se da el caso de un chef que la usaba hasta en sus recetas de comida. A esa fue la persona a la que más le decomisaron un total de 3 y cantidades de 6-8 en otras 14, en otras 18. Cantidades que él usaba para sus recetas de cocina y su consumo personal.

De hecho, hay un aspecto interesante, yo estuve detenido por tres meses. Durante esos tres meses la policía judicial escogió 25 personas intervenidas telefónicamente de las cuales solamente 5 personas eran personas usuarias de cannabis.

Por ejemplo, la pareja mía, mi hermano. Gente muy cercana familiarmente. Y de esas personas solamente 5 consumía cannabis de alguna forma desde hacía largo tiempo. Se la fumaban, lo hacían en aceite, habían superado patologías de cáncer.

Yo le puedo decir de 5 casos en total de personas que usaban la planta.

Entre ellos, el doctor Sasani. Un muchacho de Sarapiquí que había visitado el cáncer. Yo lo conocí apenas hace pocos meses. El chef y otros con los que hice una amistad. De hecho, él me enseñó cómo preparar la mantequilla con cannabis.

En realidad, la tesis de la misma fiscalía cae por su propio peso. ¿A quién le distribuía yo, a quién le suministraba yo? A Nadie.

¿Qué le pediría usted a los jueces que dictarán su caso?

Bueno lo único que pido es justicia y objetividad. Ya yo fui sometido a un juicio a principios del 2015, el 19 de enero fue la sentencia donde se me absolvió por hechos idénticos y la conclusión fue que en este país el cultivo por el cultivo, aunque no estaba regularizado si se hacía con propósito de consumo personal o autoconsumo.

La situación por la que ahora me van a llevar a juicio es exactamente lo mismo. El ministerio público ha dado que más bien llevan el asunto casi que a un arroz con mango. Ya a mí se me han abierto dos procesos judiciales. Uno donde la misma fiscalía ha pedido sobreseimiento definitivo porque nunca se pudo demostrar de que el cultivo tuviera fin de tráfico.

Para esos tiempos, la fiscalía siempre había sostenido que para que fuera delito tenía que demostrarse fin de tráfico, tal y como lo ha sostenido, el mismo director del OIJ.

En el segundo juicio, que se me acuso por 4 delitos de cultivo también con fines de tráfico y en esta oportunidad, ya ellos dejan al margen el asunto de la finalidad del tráfico y quieren llevarme a juicio única y simplemente por el cultivo y la posesión que obviamente tenía de mi cosecha y de almacenamiento.

Y el almacenamiento más que todo es el curado y secado de las flores que yo mismo acaba de cosechar. En realidad, no hay absolutamente nada nuevo en este proceso. Lo que queda de manifiesto es el espíritu muy represivo y de perseguir a mi persona porque he estado sosteniendo esta tesis que ellos no comparten.

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