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Refugiados Sirios sobreviven sembrando Cannabis en el Líbano

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En medio de la guerra del Estado islámico (EI) por el control en Siria, muchos de personas han tenido que abandonar sus tierras y su trabajo. Algunos de ellos dejaron la ciudad de Raqqa –capital de los soldados del EI- por razones de seguridad para encontrarse con otros familiares.

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Créditos: Alia Haju

En medio de esta crisis, las familias de refugiados musulmanes está incursionando en la práctica tradicional de la siembra de Cannabis como medio de supervivencia. Esto se da en una región fértil en el centro de Líbano llamada el Valle Bekaa.

Para los miembros del Estado Islámico –o Daesh-, esta planta y otras sustancias psicoactivas son consideradas pecado.  El que sea descubierto con alguna de estas le puede significar la expulsión de su territorio o incluso la muerte.

Cada vez son más las familias que sobreviven de la siembra, cosecha y la elaboración de productos como el hachís. El Líbano es conocido en todo el mundo por la calidad de este producto en específico y su propagación a muchas partes del mundo.

“Si el Estado Islámico supiera que estamos trabajando con hachís, sin duda nos cortarían con cuchillos”, manifestó Aisha un niña de 15 años a Newsweek.

Un cultivador libanés manifestó que “los agricultores de Raqqa han estado llegando a nuestros territorios durante la época de cosecha durante los últimos 8 años”. Sin embargo, con el ascenso de este grupo terrorista, los habitantes del Valle Bekaa están empezando a ver con recelo a los refugiados sirios.

Aunque sembrar Cannabis se mantiene como una actividad ilegal, el negocio de la siembra es más lucrativo de lo que se pensaba. 020ca271-1a57-47e6-8be9-76c2c11748ed

Una mujer entrevistada, Sharif, gana $16 al día en el procesamiento de la planta. Esto le permite enviar dinero a una parte de su familia que aun reside en Raqqa.

“Con cualquier trabajo en el Líbano se gana aproximadamente $700 al mes, pero en el negocio de la droga que pueden hacer $10,000 al día”, manifestó Sharif quien posee una tierra y es productora de esta sustancia.

La libertad que tiene en Líbano no es comparable con la que tendría si se encontrara en territorio del Estado Islámico. “En Raqqa estaría cubierta de pies a cabeza, hasta mis ojos tendrían que estar tapados.”

Sharif ahora espera que su esposo e hijo puedan cruzar la frontera Siria en un viaje que a pie les toma aproximadamente 5 días.

 


Créditos de foto  de Portada: Reuters/Alia Haju

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ESCRITO POR: REDACCIÓN

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