El pasado 31 de agosto de 2022 la presidencia panameña informó que el presidente, Laurentino Cortizo Cohen, firmó dos Decretos Ejecutivos que reglamentan la Ley 242 de 13 de octubre de 2021, por la cual se regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis, y además se crea la Dirección Nacional de Monitoreo de las Actividades Relacionadas con el Cannabis Medicinal.
Con este paso, Panamá pretende dividir el desarrollo del cannabis medicinal en dos etapas: en los primeros dos años se importará las materias primas y luego la visión es ser exportadores.
Según le mencionó al medio France 24 el presidente de la canadiense de biotecnología Avicanna Latam, Lucas Nosiglia, le ve a Panamá un potencial más estratégico en cuanto a logística e industrialización, no tanto como productor.
“Panamá tiene una de las regulaciones más sólidas a nivel regional para el consumo del cannabis con fines medicinales y terapéuticos, y así dar alivio a miles de pacientes que han esperado esta solución por largos años”, señaló el mandatario panameño.
Con este anuncio Panamá entra a competir directamente en el mercado global del cannabis medicinal, uno muy amplio, pero muy complejo. Además, se suma a otros países latinoamericanos que se han iniciado en ese negocio como Colombia, Costa Rica y Uruguay.