Ciudad de México. El sexto número de la Revista Cáñamo está en la calle. En las vidrieras de los quioscos se modela la portada con una planta de procedencia mexicana. A diferencia de las anteriores cuya tierra seguía siendo España.
Esto lo ha dicho Leopoldo Rivera en la presentación del número que tuvo lugar a inicios de este mes en la Pulquería de Insurgentes de la Colonia Roma. En el segundo piso, la sala agrupaba representantes de organizaciones activistas y demás seguidores del movimiento cannábico de la Ciudad de México.
En la mesa, 4 pesos pesados en el tema de sustancias: Edgar Morín Martinez -antropólogo especialista en el fenómeno de drogas ilícitas-, Alberto Angles «Dr. Cannabis» -director del periódico La Dosis- , Leopoldo Rivera –Editor de Revista Cáñamo- y Fernando Belauzarán –ex diputado del Partido Revolución Democrática (PRD) y proponente de la Ley General del Cannabis.
No es la primera vez que se sientan todos juntos a discutir sobre despenalización. En conjunto han desarrollado proyectos en los que sobresalen la Biblioteca Cannábica y Guías de Usuarios de drogas. No solo han hablado del cannabis como tal, sino que la problemática intrínseca en la legislación actual sobre las sustancias hace que el tema se diversifique.
“En el afán de difundir la cultura cannábica ha logrado definir la retórica del gobierno. Va mostrando que esa cultura se expande en el mundo y que México también entra a formar parte de esa dinámica. La Revista Cáñamo nos muestra que la prohibición es algo inútil”, argumentó Morín durante su discurso.
A través de cada página impresa en la revista, se concretan 15 años de una generación de escritores, antropólogos, periodistas y demás fuerzas aliadas que integran la lucha contra el derecho al libre desarrollo.
El año pasado el fallo de la Corte Suprema de Justicia a la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Tolerable y Responsable (SMART) en el que se les permitió el cultivo, consumo como derecho a la autodeterminación dio gran expectativa a los grupos civiles que empujan las riendas de la libertad del consumo.
Esta edición dedica una amplia cobertura al debate nacional que parece, evitó hacerle frente al asunto que más interesaba a los activistas. En audiencias llenas de diputados y senadores, se desvió la atención al tema médico del cannabis, que una vez inmerso en la bruma política atañe más bien a una cama de lobos hambrientos.
“Veo con pesimismo la algarabía por las declaraciones del gobierno. Porque como lo entienden los gobernantes es con productos farmacéuticos terminados. Dejando de lado 5 siglos de tradición mexicana de la planta. Me preocupa que la gente crea que ya se aceptó el uso médico” opinó Rivera.
Las autoridades gubernamentales han amenazado con detener la distribución de una revista que despierta con cada publicación la inquietud de las personas por entender la prohibición de una planta que es parte de su cultura. Este es el país de donde surgió el nombre “marihuana” en honor a las comerciantes de la planta cuyos nombres solían ser “María” y “Juana”, además en algunas zonas todavía se acostumbra a que las señoras mayores tengan esta mata como para hacer remedios.
“No creo que vayan a censurar en este momento. El gobierno no sabe realmente qué es lo que quiere hacer”, comentó Dr. Cannabis, respecto a los anuncios de censura.
Es por eso que dentro de la compleja cultura mexicana, los políticos se refugian en múltiples discursos para desviar la atención. Hablando de la cuota que reciben los grupos policiales en la absurdez de la ley del narcomenudeo, una regulación se traería abajo el negocio de la extorsión por unos cuantos gramos.
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No obstante, los panelistas ya saben que detrás del alto desplome policial para detener el tráfico de pequeños vendedores se mal gasta en su logística dos veces más que la ganancia que tiene “dealer” al momento final.
La solución es pelear una batalla que en ocasiones se vuelve difusa.
Algunos cambios se notan ya. Esta generación cosecha los frutos de un activismo real el cual inspira a las generaciones nuevas que buscan un nuevo camino en un país golpeado por la corrupción del mercado ilícito de drogas. El consumidor también adquirió madurez, se denota en la calidad de cannabis a la que están acostumbrados.
Al momento en que el lector termina de leer estas líneas, un grupo aliado “Reverdeser” emprendió el viaje de la “Caravana por la paz, la vida y la justicia” desde Honduras hasta Nueva York, ciudad donde el 17 de abril se llevará a cabo la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS). El objetivo: visibilizar los daños de la guerra contra las drogas.
Esta es la fórmula que mantiene la presión de los medios y grupos activistas en México: ver más allá de la planta y arrancar el problema desde la raíz.
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Créditos de foto de cabecera: Juan Carlos Ruiz Vargas