La incertidumbre regulatoria y la exorbitante producción de cannabidiol (CBD) ha empezado a afectar hasta a las empresas más importantes de la industria, entre ellas, Charlotte’s Web.
En un comunicado de prensa publicado recientemente, los hermanos fundadores Joel y Jesse Stanley afirmaron que los errores estratégicos, el gasto descontrolado y las prácticas de contratación deficientes han puesto a la empresa con sede en Denver «en riesgo».
«La estrategia comercial de la junta directiva y la dirección actual ha sido depositar sus esperanzas en un cambio en las regulaciones de la FDA a favor del negocio», dijeron los hermanos en el comunicado. «En lugar de innovar dentro del marco actual, la empresa continúa gastando dinero en marketing convencional».
Los hermanos han colocado la culpa específicamente en las compensaciones exorbitantes, falta de liderazgo y un gasto desmesurado en marketing convencional.
2023, un año difícil para la industria del CBD
Si Charlotte’s Web que para quienes saben la historia es la empresa pionera a nivel mundial y casi inventora de lo que entendemos hoy por CBD, se encuentra en peligro financiero, quiere decir que las cosas no andan bien en la industria.
Por ejemplo, en tan solo un año el valor de las acciones de Chalotte’s Web disminuyeron significativamente. Al 12 de junio alcanzaron $0.2196 en comparación con el 1 de abril de 2019 que estuvieron en $21,90. Esto ha provocado su salida de la Bolsa de Valores de Toronto y el Mercado OTCQX en Estados Unidos. Las causas han sido su “pequeña capitalización”.
La empresa ha tenido una pérdida importante de 59,3 millones de dólares en ingresos de 74,1 millones en año anterior. Las razones han sido la disminución de ingresos en cada canal comercial y también la poca expansión en diferentes nuevas categorías de productos.
Demasiada oferta, pocos clientes
Esta situación es un malestar generalizado. Empresas como CBDmd y CV Sciences registraron también perdidas trimestrales exorbitantes lo que ha hecho que las empresas reduzcan significativamente sus gastos para subsistir en un entorno complicado.
Una de las razones es que la cantidad de productos de CBD estándar como los aceites y las cremas han en el mercado. Además de la disminución de la demanda y el exceso masivo de flores de cáñamo necesarias para producir CBD, que hicieron que los precios se desplomaran desde 2019, el sector enfrenta otros desafíos considerablemente importantes.
Entre ellas, la falta de regulaciones está frenando la industria. Aunque las reglas pueden estar en camino, no parece que sea inminente. Cuando lleguen, es posible que los interesados en el CBD obtengan más de lo que desean, ya que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha dado señales de que podría asignar al CBD a una categoría de medicamento, lo que eliminaría el mercado tal como existe en la actualidad.
Impulsada por una ética centrada en la seguridad, la FDA ha expresado repetidamente preocupaciones sobre los posibles efectos del CBD en el hígado y el sistema reproductivo masculino, preocupaciones sobre interacciones adversas con ciertos medicamentos y temores sobre la exposición a niños pequeños, mujeres embarazadas y fetos, y personas mayores. En abril, la FDA publicó una «Revisión de la toxicidad oral del cannabidiol (CBD)», un ominoso documento de 40 páginas basado en una recopilación de estudios clínicos existentes, subrayando esas preocupaciones sobre la seguridad.
en Costa Rica. 
