Epidiolex, medicamento con CBD, dejará de ser una sustancia controlada por la DEA
La Administración para el Control de Drogas (DEA) anunció que un medicamento a base de cannabidiol (CBD) dejará de permanecer a la lista de sustancias prohibidas a nivel federal. El primero en hace más de 100 años.
Esto significa que los doctores podrán prescribirlo libremente.
Este es el segundo paso en la línea de requerimientos para que el medicamento Epiodiolex, una solución oral para pacientes que padecen de convulsiones graves, sea más accesible para las familias en los Estados Unidos.
En noviembre de 2018, la empresa productora tuvo el aval de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para comercializar esta droga de tipo farmacéutico.
“El oficio de respuesta de la DEA establece que el Epiolex, la única medicina con CBD aprobada por la FDA no será más una sustancia controlada bajo la lista de sustancias controladas a nivel federal” dijo un representante de G.W Pharmaceuticals.
Anteriormente, la Lista de Sustancias controladas por Gobierno Federal consideraba que el cannabis no tenía valor médico tal y como corresponde a la Lista I junto con otras sustancias más fuertes como la heroína.
A partir de ahora, el cannabis o bien, este solución farmacéutica en específico, pertenece a la lista V. Las categorías de la lista I,II, III, IV y V son catalogadas como drogas seguras para uso médico
Con este cambio, los pacientes que sufran de las enfermedades conocidas como Lennox-Gastaut o Síndrome Dravet podrán acceder a una prescripción médica con mayor facilidad.
“Epidiolex es la primera prescripción farmacéutica formulada con derivados del Cannabis (CBD) altamente purificado y el primero en la nueva categoría de drogas antiepilépticas”.
Alto precio
A través de su subsidiaria, la empresa anunció que comenzará con una implementación de las cadenas de distribución a través de los diferentes estados con sus diferentes permisos y procesos legales. Este proceso podría tomar meses o años dependiendo de los controles en cada estado.
Por el momento, una de las dificultades más importantes para obtener la medicina antiepiléptica es su alto costo. Según análisis en el 2018, los costos pueden ascender a $32,500 por año.
Este hecho histórico podría tener un efecto importante en la legalización de esta planta a nivel mundial.