Abundancia vs pertinencia
El murmullo de las noticias del fondo es un sonido familiar en muchos hogares. Al menos lo es para muchos de nosotros que hemos estado acompañados de la presencia multimediática desde que estamos jóvenes.
De esa presencia ha surgido una gran potencia de difusión de información, conectando el mundo por temas socio-políticos y culturales.
El periódico ha tenido un papel importante en la difusión de información, pero sólo en cuanto el usuario se lo permite, es decir, el médium del periódico tiene poder de ser un vehículo para un mensaje lineal o subjetivo mientras que la radio y la televisión atrae a sentidos que se sincronizan subconscientemente; escuchas a la televisión y radio mientras que cocinas a pesar de si estás o prestando atención.
Hoy en día, esto se ha desarrollado aún más con la omnipresencia del internet, a cada exposición estamos constantemente siendo bombardeados de información no solicitada, tal vez no has leído sobre el conflicto, pero has visto un meme, o un post en FB – tienes alguna noción de tendencias globales.
Pensemos esto en lo que respecta a la llegada del Coronavirus. Los murmullos empezaron a finales de 2019, principios de 2020, en sí la amenaza del virus no ha cambiado, pero su explosión presencial estuvo marcada por la difusión mediática.
A esto, seguramente has visto el meme del éxito de “las relaciones públicas del Coronavirus”, implicando su popularidad instantánea. Sin hacer especulaciones de la gravedad del virus, no podemos negar su alcance mediático.
El hecho es que al estar siempre bombardeados de información mediática, por lo general, fuertemente exagerada, hemos desarrollado un filtro de análisis séptico. ¿A qué punto la abundancia de información es un detrimento a la pertinencia de información?
Y dentro de esta pregunta – ¿cómo la abundancia de información comprobada falsa ha herido nuestra confianza? Estamos entumecidos con la cantidad de información y, por consecuencia, nos volvemos sospechosos de la calidad de esa información.
Si deduces la realidad de las noticias, vivimos en un mundo postapocalíptico, en miedo y violencia, con graves problemas al nivel personal como social; obviamente no podemos negar los lados oscuros de la vida, pero el problema es la relación entre porcentaje y relevancia.
Lo que permite compartir una información es justamente su factor distintivo comparado a otro contenido. El mundo en tu experiencia seguramente está loco, pero esta locura está disimulada en la integralidad de tus experiencias, eso hace que estemos teniendo una experiencia de vida personal, la cual siempre agrega informaciones externas.
De esto surge la confusión personal de la desconexión entre las experiencias de la realidad de uno, y la información externa dicha sobre esta realidad – escucho que hay una crisis, pero no la estoy viendo.
Este último pensamiento está directamente relacionado a la responsabilidad social al cual uno se compromete durante el confinamiento COVID-19 – no estoy enfermo, ni las personas en mi alrededor, pero es un riesgo al cual me asocio.
Este artículo pertenece al Reporte Especial COVID-19
Las noticias han mantenido una narrativa (por lo general negativa) que nos ha entumecido a la crisis, y esto se hace peligroso cuando las informaciones realmente son importantes. ¿Pero cómo podrían los medios de comunicación posicionarse de otra manera? ¿Lo consideraríamos si comparten informaciones banales o ‘positivas’?
¿De otra forma, cómo debo leer a través de la abundancia de la información? ¿Cómo me posiciono con mis problemas de confianza mediáticos?
Paternalismo vs Informar
Al parecer, esta cuestión se puede reducir a la idea del paternalismo versus el rol de informar.
Las medios de comunicación deben posicionarse como autoridad, condicionando nuestras respuestas por su forma y fondo del contenido compartido, ¿o debe neutralmente informarnos y confiar en el consumidor de actuar de acuerdo? ¿Podemos confiar en los consumidores en reaccionar socio-responsablemente?
En la dirección que se está desarrollando nuestro mundo en población y políticamente, esta pregunta va ser más relevante – si pretendemos emanciparnos como individuos, siendo 7 billones y más, debemos personalmente disciplinarnos a esfuerzos colaborativos.
De lo contrario será el gobierno y los medios quienes se volverán más restrictivos y autoritarios aprovechando esta falta de acción.
Por hoy, la abundancia de información sigue, mucho enmascarado por el poder del humor difundido por memes, dicho esto, quedamos en un abismo extraño entre verdad, responsabilidad social y alineamiento moral. ¿Dónde, cómo y porqué me paro?
en Costa Rica. 
